Esa flecha azul turquesa que surge con un grito estridente y desaparece en un recodo del río es el Martín Pescador. Su pico en puñal, de temibles proporciones, alarga su rechoncha figura. Con un poco de paciencia, podrá vérsele sumergirse vigorosamente bajo el agua, con el pico apuntando a algún pececillo; luego vuelve rápidamente a su posadero, una rama de sauce o caña de carrizo. Entonces se puede descubrir el lugar donde se encuentra su pollada, a la que se apresura a llevar el producto de su pesca si no la ha engullido de un trago. El nido está excavado en una orilla blanda de los arroyos.
Al Martín Pescador le gusta pescar en aguas claras y se encuentra sobre todo al borde de los ríos tranquilos. Pero el frío le pone a prueba, y el hielo de las aguas dulces, en inviernos rigurosos, resulta fatal para él.